Beber un par de tragos es una de las maneras de compartir las fiestas de la ciudad, un espacio para el encuentro y la alegría. Algunos escogen opciones tradicionales, mientras que otros se aventuran con unas diferentes. Conoce cuáles son las bebidas típicas de la Feria de las Flores.
Con la agricultura, los seres humanos fueron descubriendo otras posibilidades para los alimentos, y la fermentación fue una de ellas. Así, las bebidas alcohólicas empezaron a ocupar un lugar en diferentes espacios físicos y simbólicos. Como acompañante de las comidas, como estimulante, como forma de celebración e, incluso, como medicina. No importa a cuál cultura te acerques, cada una tendrá una relación con una bebida etílica.
En la Feria de las Flores estas no pueden faltar y su consumo moderado puede aportar en el disfrute de esta fiesta llena de colores. Conoce cuáles son las tradicionales aquí:
Una opción de fábrica
Las bebidas que ofrece la industria licorera oficial de Antioquia han hecho presencia en las diferentes versiones de la Feria de Flores. La elección sobre qué tomar dependerá del momento del día, del plan, de las personas con las que se comparte, del presupuesto y, sobre todo, de los gustos personales.
De acuerdo con Hugo Álvarez, maestro ronero y jefe de preparación y añejamiento de la Fábrica de Licores de Antioquia, si el plan es tardear, la recomendación es tomar bebidas largas, para saborear y percibir sus aromas con calma.
Si, en cambio, el plan es nocturno y el objetivo es disfrutar de orquestas y escenarios culturales, la sugerencia es apostarle a bebidas cortas, blancas u oscuras. Es importante elegir una de las dos y terminar la jornada tomando la misma bebida, pues la combinación “genera un gran choque, es un cambio violento”.
Según Álvarez, lo importante es siempre tener un consumo mesurado, siendo la mejor forma de celebrar y apreciar las características de cada uno de los licores. Además, la hidratación y la alimentación son imprescindibles entre las condiciones para “saber tomar”.
Si apuesta por unas bebidas típicas, pero diferentes
Hidromiel
El hidromiel o aguamiel es un trago que existe en muchas culturas; sin embargo, con la popularización del azúcar se desplazó el uso de la miel para endulzar y esta bebida alcohólica perdió fuerza. «Este trago había estado muy escondido y con la pandemia aumentó su producción. Antes, solo había seis productores en Colombia y ahora somos aproximadamente 30», cuenta Ánderson Sepúlveda, fundador de Sigürd Hidromiel.
Convertir la miel en una bebida fermentada fue una consecuencia del auge de la apicultura, pues encontraron en ella una forma de agregarle valor y transfomarla. Su preparación, además, favorece el uso de la miel cristalizada que, por desconocimiento, es muchas veces relegada en el mercado.
En un mismo apiario se producen mieles que tienden a diferenciarse en sabor, aroma y color entre cada cosecha. Es un efecto de que las abejas no puedan acceder siempre a la misma alimentación. Estas mismas variaciones repercuten en el hidromiel que a veces se prepara únicamente con agua y miel. En otros casos, se le añaden frutas, flor de jamaica y otros ingredientes que aportan sabores y aromas que no se encuentran en otros licores.
«Tiene su propio sabor con una nota dulzona de la miel. En sabor es más seco a semiseco y, dependiendo del tiempo que tenga desde que empezó el proceso de fermentación, es posible encontrar una bebida más o menos espumosa y con más o menos grados de alcohol», apunta Sepúlveda.
Chicha
Es quizá una de las bebidas alcohólicas ancestrales más conocidas en Colombia. La campaña mediática que se hizo para deslegitimar su consumo hace parte del acervo histórico del país. Nunca dejó de producirse, pero ha vuelto como una alternativa de las comunidades para producir sus propias bebidas.
Tradicionalmente, su preparación es con la fermentación del maíz y otros tipos de cereales. En un recipiente se combinan el agua, la panela, la fruta o el cereal y se tapa de manera que no entre oxígeno durante aproximadamente un mes. Aunque todavía existe la tradicional chicha de maíz, mucho más espesa, también existen opciones con frutas y raíces. Por eso, podrás encontrar bebidas de mora, uva, guayaba feijoa, jengibre, entre muchas otras.
«Si una persona nunca ha probado la chicha, mi recomendación sería que empiecen por las oscuras, como la mora y la uva, pues tienen un sabor más semejante a una que, con seguridad, sí han probado: el vino», explica Paula Andrea Duque, quien hace parte del comité dinamizador del Festival de la Chicha y la Cultura, que este año celebró su sexta edición.
Viche
Si bien esta es una bebida tradicional del Pacífico colombiano, ya hay quienes la comercializan en Medellín. Es una preparación que surge del destilado de la caña y es, en palabras de Andrew Smith, uno de los socios de la marca Dr. Vichote un «trago noble que gracias a esa característica se está usando mucho en coctelería».
Hay dos tipos de caña: la negra y la verde. Dependiendo de cuál sea la seleccionada para la preparación del viche, puede variar su sabor. Su elaboración está asociada a un maestro o maestra vichero, quienes son los dueños de la receta. En el caso de esta marca paisa, la maestra es Floriana Mena Moreno y se prepara en la ribera del río Munguidó, en el Chocó. Conserva las notas cítricas del dulce de la caña y puede tener entre 30° y 35° de alcohol.
Cerveza
Aunque este tipo de bebida circula comercialmente con facilidad, hay algunas marcas que se han dedicado a producirla con otro tipo de perfiles. Una elaboración que, en los últimos años, ha crecido en Medellín y el Oriente cercano.
Tomar una cerveza con olores pronunciados a frutas tropicales como la guanábana o el maracuyá o con notas a caramelo, café o chocolate, son solo algunas de las posibilidades al acercarse a ellas, además de aprender que es mejor beberla en vaso y no directamente de la botella para poder apreciar todos sus olores.
«Si quiere ampliar el abanico de opciones y sabores en una bebida, la recomendación es acercarse a las bebidas artesanales. Es una forma de volver más exquisito el paladar y de ser más cultos a la hora de elegir una bebida», finaliza Mauricio Garzón, copropietario de la casa cervecera Licania.