Antioquia es un departamento con alta presencia de aves y algunas únicamente existen en su territorio. Te contamos cuáles son.
Cantos agudos, otros más graves, unos que parecen sonidos acuáticos, otros guturales. Unos entrelazados y otros distantes. Otros son inexistentes. Las aves que cantan lo hacen porque evolutivamente han desarrollado un aparato fonador: la siringe. Sus cantos son para ellos, no para nosotros. Y, sin embargo, es imposible no maravillarse ante sus sonidos.
Colombia es uno de los países más visitados por los turistas interesados en el avistamiento de aves. Su ubicación geográfica cerca de la línea del Ecuador propicia condiciones que favorecen su biodiversidad. En el 2021, de acuerdo con el Instituto Humboldt, Antioquia ocupó el tercer departamento con mayor presencia de aves en el país, antecedido por Cauca y Nariño.
Durante ese año, se registraron 1.125 especies de aves. Algunas de ellas pueden encontrarse fácilmente en otras zonas del país y el mundo. Otras comparten su distribución, de manera más limitada, con otros territorios. Hay también las que existen únicamente en territorio antioqueño.
El endemismo
“Al hablar de endemismo nos referimos a la distribución restringida de un grupo biológico respecto a una escala geográfica. Cuando una especie es endémica de un lugar significa que es en ese territorio que puede encontrarse de manera natural”, explica Efraín Gómez, biólogo y miembro del grupo de áreas de conservación de la Fundación ProAves.
Por sí solo no se puede decir que una especie es endémica, es como si siempre esta expresión tuviera que asociarse con otro elemento, algo así como un apellido. Decir entonces que un pájaro es endémico de un páramo, de un departamento o país es una claridad necesaria.
“Hace referencia a la distribución geográfica limitada de una especie, es decir, que es únicamente en ese territorio donde esta ocurre. Y están allí gracias a las condiciones climáticas, altitudinales y a la función ecológica que pueden aportar en ese territorio”, amplía Maureen Daniela Montoya, ingeniera forestal y ornitóloga.
Una de las causas por las que puede cambiar una especie es por el resultado de una relación entre individuos y que pueden modificarse en un curso que parece simultáneo. Por ejemplo, una flor que se desarrolla con una forma que solo puede alcanzar el pico de un colibrí específico, como si estuvieran creadas para él.
Para el caso de las aves, su condición endémica puede responder a diferentes factores: la polinización, condiciones climáticas, aspectos nutricionales, coevolución, entre otros. “El endemismo aporta a la biodiversidad. Cuando sucede lo contrario y se va volviendo más homogéneo el paisaje y la composición de especies, también se pierden muchas funciones que son las que finalmente regulan cómo funciona todo en la tierra”, puntualiza Montoya.
Las aves antioqueñas
Tororoi de Urrao
La Grallaria urraoensis fue descrita en 2010. “Es un pájaro terrestre, muy esquivo, difícil de ver, que solamente está en Urrao, en el Páramo del Sol”, amplía la ingeniera Montoya. Este pájaro, debido a su específica distribución, se encuentra catalogado como en peligro crítico de extinción. Es un ave de sotobosque y se alimenta de invertebrados.

Colibrí del sol
Su nombre científico es Coeligena orina (en imagen destacada) y su distribución está limitada, al igual que el anterior, al Páramo de Frontino o Páramo del Sol. Pasaron 51 años antes de ser visto nuevamente en el mismo territorio, aunque su presencia también se ha reportado en la zona sureste del departamento.
Montañerito paisa
El Atlapetes blancae se creyó extinto. «Dejó de verse alrededor de 70 años y hay redescubrimiento de la especie. Ahora hay un programa de conservación del Montañerito paisa, han hecho bloques de búsqueda y lo han descubierto hacia Santa Rosa de Osos y otros pueblos del norte y nordeste de Antioquia», apunta la ingeniera Montoya. De acuerdo con Gómez, su alimentación es más generalista ya que consume insectos, semillas y frutos.

Cucarachero paisa
Desde que fue descrita en 2010 se consideró amenazada. Se describió como especie en 2012 y su nombre científico es Thryophilus sernai. Según Gómez esta es una «especie insectívora que habita el cañón del río Cauca en Antioquia». Por las diversas amenazas humanas que recaen sobre esta fuente hídrica y que pueden modificar la estructura del ecosistema, han aumentando los riesgos para la población de esta especie.
Arrierito antioqueño
Está ubicado en el norte y noreste de la cordillera central, con registros en Amalfi y Anorí. El Lipaugus weberi se alimenta principalmente es de invertebrados y bayas. Esta especie está catalogada en peligro crítico de extinción.

Tapaculo de Paramillo
La distribución del Scytalopus canus está dada en la zona norte de la coordillera occidental. Fue considerada una subespecie del Churrín andino gracias a las diferencias encontradas en sus respectivos cantos.