Ser silletera a los 74 años

El 7 de agosto se celebrará la edición 66 del Desfile de Silleteros. Ana Lucía Atehortúa se prepara todo el año para desfilar con su silleta emblemática, pero para ella, más que el desfile, ser silletera es su forma de entender la vida.

«Para mí ser silletera representa la vida misma. Cuando llevo la silleta a cuestas en el desfile y todos nos aplauden, me dan muchas ganas de llorar», cuenta Ana Lucía Atehortúa, silletera de Santa Elena hace más de 50 años.

Está sentada en una de las zonas verdes que componen el Parque Comfama Arví, con las piernas estiradas. Tiene una falda larga color azul, un blusón blanco y encima lleva un poncho rojo. La pañoleta blanca que termina de constituir el atuendo se la quitó hace un rato porque el sol le hacía sudar la frente.

Mi papá y mi tío eran silleteros y desde muy chiquita yo participaba en la elaboración de las silletas. Me llevaban a los desfiles y ahí me enamoré de las flores.

Es trigueña, de pelo blanco y de sonrisa generosa; habla rápido y se adelanta a contestar las preguntas. Sobre su labor de silletera se expresa con naturalidad, como si fuese el tema que más dominara en el mundo, quizás sí lo sea.

«Yo fui ganadora absoluta en el año 1980, cuando el Desfile de Silleteros se hacía por Junín. Y en el año 2021 me gané el primer puesto en categoría emblemática», cuenta orgullosa mientras acaricia las margaritas blancas que acaba de intercambiar con otra silletera en el tradicional Trueque de Flores.

Este año participará nuevamente en el desfile con su silleta emblemática, una categoría que premia la creatividad y permite plasmar imágenes. Los 74 años que tiene no son obstáculo para cargar los aproximadamente 60 kilos que, calcula ella, pesará la silleta que tiene en mente.

Sobre el Desfile de Silleteros

El Desfile de Silleteros es el evento más importante de la Feria de las Flores y patrimonio del corregimiento de Santa Elena. Este lunes 7 de agosto se celebrará la edición número 66 en la que más de 500 silleteros saldrán a lucir las creaciones por las que se preparan todo el año.

La historia de este evento se remonta a la época de la Colonia, cuando campesinos transportaban personas, víveres y flores en sillas de madera. Santa Elena, entonces, se caracterizó por ser uno de los sectores silleteros del departamento, lo que propició que se convirtiera en un legado cultural y simbólico.

La primera vez que se celebró fue en 1957, cuando Arturo Uribe Arango, entonces director de la oficina de Turismo y Fomento de Medellín, animó a un grupo de cultivadores de flores de Santa Elena a desfilar por la ciudad. Desde ese momento, año a año, con excepción de la pandemia, Medellín ha sido testigo de un despampanante despliegue de flores a las espaldas de campesinos que, como Ana Lucía Atehortúa, viven por y para las flores.

Las flores: el sustento y la tradición

De las flores han vivido siempre Ana Lucía y su familia. En la finca donde reside, en la vereda El Placer, han sembrado flores las generaciones pasadas y ella. «Aunque no cultivamos la misma cantidad, todavía lo hacemos y eso es lo que nos permite subsistir», asegura.

Antes vendía flores en la salida de la Parroquia Santa Gema en el sector de Laureles y luego, durante 40 años, en el Cementerio Campos de Paz. «Ahora vendo pompones, girasoles y muchas otras flores en la vereda donde vivo. Además, hago unos arreglos de flores muy bonitos, entonces la gente me encarga», cuenta.

Este domingo 6 de agosto, durante la Noche Silletera, Ana Lucía y sus hermanas armarán la silleta que ella cargará al otro día en el desfile. Este año el diseño combinará muchos colores y será una reivindicación a las personas de la tercera edad.

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